07 febrero 2014

Mansion G.M.



Olvidada en el tiempo, la mansión de la Grand Mère vivió tiempos mejores en sus labores de producción de aceite y de vino. Abandonada la actividad agrícola, esta mansión fue dejada de la mano de dios aunque tuvo actividad hasta finales de los años 90, prueba de ello la cantidad de canastos que todavía se encuentran almacenados junto a las escaleras o algunos de los documentos hallados en el interior.

Las fotos fueron realizadas durante varias visitas, la primera de ellas en mayo del año 2012 y la última a finales de enero de 2013, observando durante ese periodo que se habían producido pequeñas variaciones en su estado pero manteniendo la idiosincrasia del lugar, que al fin y al cabo es lo importante.

Nos adentramos en el recinto por la parte posterior para fotografiar una joya obsoleta a merced de las inclemencias del tiempo. Se trata de una antigua camioneta Bedford TJ, fabricadas por primera vez en el año 1958. Hasta 1975 se fabricaban únicamente para el Reino Unido pero a partir de entonces se realizaron para su exportación hasta finales de la década de los 80.



En las siguientes 3 fotografías extraídas de la red se puede comprobar cómo era esta maravilla en un pasado.




Y en el siguiente video se puede ver un modelo más nuevo circulando por las carreteras.



En el interior de la mansión llama la atención al acceder las escaleras principales, a partir de las cuales tanto en el piso superior como en el inferior se disponen en cuadrado los pasillos que dan acceso a las diferentes habitaciones.



La humedad y la decadencia en los suelos de madera van haciendo mella en el edificio.





Accedemos al piso superior






Y nos disponemos a entrar a la que en mi opinión es una de las habitaciones abandonadas más fotogénicas que me haya podido encontrar hasta la fecha y que más me han gustado. Tanto es así, que la cuarta fotografía (la de la cama con el retrato) en formato grande fue intercambiada durante la exposición de 2013 por una pieza de hierro fundido obra del conocido escultor Soca, compañero y amigo de Juan Ripollés. Tanto le gustó esa fotografía que se ofreció a intercambiarla por una de sus piezas, el dinosaurio marino. Sin duda todo un placer, va por ti compañero.





Sobre la pared nos encontramos con el posible retrato de la antigua propietaria de la finca. Los colores marronáceos de la habitación eran absolutamente bestiales a tono con el óxido de la antigua cama y los diversos enseres olvidados en aquella pequeña sala.





En otra sala nos volvemos a encontrar con otro dormitorio, este de menores dimensiones y con un cabezal de exageradas dimensiones, casi ocupaba la mitad de la altura de la habitación.





En la mansión existían diversos cuartos de baños, uno de más reducidas dimensiones en el piso inferior y otro mucho más amplio con bañera en el piso superior.





Otras estancias almacenaban material como toda una colección de sillas de madera o una vieja alfombra en la otra sala.


Pasamos a visitar lo que era la despensa y la cocina de la mansión.




Poca corriente llega ya a sus corroídos enchufes.


Salimos al exterior para dirigirnos hacia la capilla anexa a la mansión, donde aparte de la familia posiblemente debido a sus dimensiones incluso los vecinos irían para oficiarse misa.



La humedad, la decadencia y el paso del tiempo es hoy se refleja en su interior. Absolutamente impresionante.





Los detalles en sus pinturas desconchadas y los acabados dorados del retablo de madera eran sencillamente espectaculares.






Por último salimos de la iglesia y con la estampa de esa preciosa mansión nos despedimos hasta un próximo reportaje.


3 comentarios :

  1. Hacia mucho que no veía fotos de este lugar, ni reportaje tan completo como el tuyo Nach... La camioneta, la capilla, los detalles de la casa... un gran trabajo como siempre.

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  2. Ecelente blog, me encantaria visitar estos lugares

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  3. Una preciosidad detenida en el tiempo. La capilla es maravillosamente decadente y el detalle del coche. La anécdota de la escultura es muy bonita, intercambio entre artistas!
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