13 noviembre 2013

El poblado nobiliario


Historia, mucha historia es la que tiene detrás este lugar. Historias de reyes, nobles, señorios y guerra.

En 2002 fue catalogado como BIC, bien de interés cultural, pero su  estado de conservación es realmente pésimo y se encuentra abierto a cualquier curioso que por allí se acerque. El ayuntamiento de donde pertenece solicitó ayuda al gobierno de su comunidad y a Europa pero no hay respuesta y el lugar se cae a pedazos, mientras que podría haberse utilizado como emplazamiento para alojamiento rural tal y como el consistorio pretendió.

El pasado siglo llegó a tener hasta 150 habitantes censados y antiguamente estuvo totalmente amurallado datandose las murallas del siglo XVI. Practicamente la totalidad de la muralla se perdió pasando a formar parte de los muros de los patios traseros de las viviendas del nucleo urbano.

La distribución de la localidad se centraba en una calle central en torno a la cual parten dos manzanas paralelas de viviendas cercadas por la muralla. El acceso a la calle principal se realizaba traspasando un arco de medio punto construido en mampostería de sillares adovelados y coronado por almenas a semejanza de un castillo medieval. Antiguamente el recinto se cerraría con una maciza y robusta puerta, pero hoy dia no queda nada, tanto de esta puerta como del otro arco justo en la parte contraria y que también daría acceso al poblado.

El pueblo contaba con su propia ermita y la antigua casa del señor en la que había un escudo nobiliario en la fachada y del cual dependían las restantes viviendas que serían las de sus trabajadores. Esta se corresponde con el edificio más grisaceo y alto que se puede contemplar en la siguiente imagen.


La ermita se remata en cornisa trilobular englobando la espadaña con dos huecos vacíos. La puerta es de madera adintelada y su interior está totalmente lleno de escombros. Sobre la puerta se abre una hornacina circular que en su día albergaría alguna imagen y vestigios de un retablillo cerámico, del que ya no queda nada.


Comenzamos el viaje al interior de algunas de las antiguas viviendas de los trabajadores del señorío.


En un patio trasero de una de estas viviendas se produce el cruce de miradas entre lo natural y lo arficial, no muy amistosos que digamos. ¿Quién ganará su terreno? Como siempre seguramente la naturaleza.




El interior de alguna de esas viviendas se encuentra totalmente diáfano.



Como es costumbre en los antiguos poblados el baño se encontraba aislado en los patios traseros de las viviendas. Totalmente tradicional.



De nuevo salimos a la arteria principal del poblado.



Y en el interior de otra de las viviendas nos encontramos con esto, restos de una vida pasada que raramente vuelva a recuperarse allí.




Por último, la fotografía que cierra este reportaje, la que en su día titulé la "casa de Mou", cerrada a cal y canto.



1 comentario :

  1. Molan las ruinas, ademas tienen colorido, lo que me llama la atención es encontrar de repente una televisión, y la frase sobre la puerta de la ultima foto. Jeje.

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